Podología

¿A quién va dirigida la podología?

La podología está indicada para cualquier persona que quiera mejorar su salud podal y prevenir problemas a futuro, pero es especialmente recomendable para:

  • Personas con dolor o molestias en los pies.
  • Quienes sufren alteraciones en la piel, uñas o huesos del pie.
  • Personas con dolores en rodillas, caderas o espalda baja, que notan un desgaste desigual en la suela de sus zapatos.
  • Personas con pie diabético, que requieren un control riguroso para evitar complicaciones graves.

¿Qué es la Podología?

La podología es la rama de la salud que se encarga del estudio, diagnóstico, tratamiento y prevención de las afecciones y alteraciones del pie. Trabaja sobre todas sus estructuras: piel, uñas, huesos, músculos, fascias y ligamentos, asegurando su correcto funcionamiento, especialmente en la marcha.

Nuestros pies son la base de nuestro cuerpo, el punto de apoyo sobre el que nos movemos cada día. Sin embargo, a menudo los descuidamos, sometiéndolos a calzado inadecuado, largas horas de pie o, por el contrario, a un estilo de vida demasiado sedentario. Todo esto puede generar desequilibrios que afectan no solo a los pies, sino también a otras zonas como las rodillas, las caderas o la espalda.

Desde la perspectiva biodinámica, comprendemos que la salud no es simplemente la ausencia de enfermedad, sino un estado dinámico de equilibrio y fluidez. El cuerpo tiene una sabiduría intrínseca que lo guía en su proceso de regeneración, y el papel del terapeuta es acompañar y sostener este proceso creando las condiciones adecuadas para que se despliegue el potencial sanador del organismo.

¿Cómo trabaja?

El pie está formado por 26 huesos, además de una compleja red de músculos, ligamentos, fascias, vasos sanguíneos y linfáticos que sostienen el peso de todo nuestro cuerpo y nos permiten desplazarnos. Su función es esencial: nos proporcionan estabilidad, equilibrio y movimiento.

Cuando la pisada no es la adecuada o el reparto de cargas está alterado, pueden aparecer molestias que afectan a todo el sistema musculoesquelético. Esto puede traducirse en:

  • Dolor en los pies, rodillas, caderas o espalda.
  • Desgaste desigual en el calzado.
  • Tensión muscular por compensaciones posturales.

La podología se encarga de mantener la salud de estas estructuras, tratando afecciones de la piel, las uñas y los tejidos blandos, pero también corrigiendo desequilibrios funcionales mediante:

  • Tratamientos podológicos para piel y uñas.
  • Estudios biomecánicos de la pisada.
  • Plantillas personalizadas para mejorar el reparto de cargas.
  • Reeducación postural y ejercicios para optimizar la marcha.

Beneficios

Cuidar nuestros pies no es solo una cuestión de comodidad o estética, sino de salud general. Un tratamiento podológico adecuado puede ayudarte a:

Tus pies son la base de tu bienestar. Cuidarlos no solo mejora tu comodidad diaria, sino que puede prevenir problemas posturales y musculares en todo el cuerpo. Si notas molestias o simplemente quieres asegurarte de que tu pisada es correcta, un podólogo puede ayudarte a mantener tus pies sanos y en equilibrio.